En el primer post de esta serie introducíamos la idea de que es muy conveniente contratar a un arquitecto cuando te estás planteando, o has dedidido ya, reformar tu vivienda. Hoy vamos a ver concretamente en qué te puede ayudar durante la fase preliminar de la reforma, es decir, cuando estás tratando de decidir qué hacer, en qué grado intervenir, cuando todavía no sabes lo que vas a necesitar ni los trámites que deberás seguir…. Te puedo asegurar que contar con un arquitecto que te asesore, que te ayude, que trabaje por y para ti -para eso lo contratas, ¿verdad?- te puede sacar de muchas dudas, te puede evitar muchos obstáculos, y te puede ayudar a sobrellevar todos los primeros pasos con muuuucha más tranquilidad.
En primer lugar, si no sabes qué hacer -qué reformar, cómo configurar los espacios, cómo iluminar…-, tu arquitecto te puede dar ideas. Muchas ideas. Buenísimas ideas. Pero volveremos a eso -y al proceso de diseño en su conjunto- en otro artículo de esta serie.
Una de las primeras cosas que deberías hacer es un levantamiento del plano de tu vivienda. Un arquitecto te ayudará sin problemas con esto: tomará las medidas necesarias in situ y elaborará el plano correspondiente, es decir, cómo está tu vivienda actualmente. Esto, evidentemente, no será necesario si ya dispones de este plano, aunque no está de más comprobar las medidas y asegurarse de que se corresponden con la realidad ejecutada…. te sorprenderías la de veces que hay errores «de bulto» en los planos, ya sea porque se han hecho modificaciones durante la obra y no se han reflejado en los planos finales; ya sea porque los que te han dado al final de la obra, al comprar la vivienda, son los iniciales de proyecto y no los modificados; ya sea porque fotocopia tras fotocopia mal hechas se ha deformado completamente la imagen; ya sea porque el anterior propietario los hizo «de aquella manera»; ya sea porque anteriores ocupantes han realizado modificaciones de las que no se dejó constancia en planos…. en fin… muchas posibles causas. El caso es que conviene conocer -y dejar reflejado en una planta bien hecha- qué existe realmente. Teniendo este plano «real» bien definido ya, tu arquitecto puede, también, cotejar los datos obtenidos con los que figuran en la escritura, o en el catastro, o en los instrumentos de planeamiento de tu municipio, por poner algunos ejemplos, y comprobar si todo se corresponde como debe.
Otra buena razón para encargar a tu arquitecto este levantamiento de planos es que la toma de datos permitirá situar elementos importantes a la hora de plantear la reforma, como pueden ser pilares, machones, muros de carga, vigas descolgadas («jácenas»), conductos de ventilación, montantes de fontanería, etc. Incluso, si fuera necesario, también otros que podría pensarse que no es necesario reflejar en un plano como puntos de luz, mecanismos eléctricos, llaves de corte….. Por supuesto se incluirán puertas y ventanas, con sus dimensiones reales y sus sentidos de apertura, los tabiques con su espesor aproximado, los cerramientos -paredes que dan al exterior-, las superficies de las estancias…. Todo eso puede tu arquitecto situarlo en una planta del estado actual de tu vivienda (salvo que haya cosas «escondidas», e incluso así podría «intuir» su ubicación en algunos casos), lo que será una gran ayuda en las fases de diseño y de ejecución.
Más cosas en las que puede ayudarte un arquitecto, en el caso de que ya tengas una idea más o menos definida de la reforma que quieres hacer: estimar, en una primera aproximación (un poco con «números gordos» todavía, luego se deben ajustar) las obras que has pensado realizar. Eso te permitirá hacerte una idea de inicial «dónde te metes», y te puede ayudar a determinar si quieres intervenir en un grado mayor o menor del que has previsto en un principio.
También ayudará a dilucidar si lo que tienes entre manos es una obra menor o una obra mayor. La tramitación es distinta, los requisitos son distintos, y los permisos a solicitar también. Los problemas que puedes tener con los vecinos y con las autoridades si no haces las cosas correctamente, lamento decirte, también varían en un caso u otro. Puedes buscar en internet la diferencia, y, básicamente, encontrarás algo así como que una obra mayor es cuando cambias el uso de un inmueble, o bien cuando cambias la configuración exterior del edificio, o cuando modificas elementos estructurales. Pero todo esto depende mucho de la normativa de cada Comunidad Autónoma, e incluso de cada Ayuntamiento. Tu arquitecto, o bien conoce bien el caso concreto donde se ubica tu vivienda, o bien tendrá claro dónde, a quién y cómo hacer las cosultas pertinentes, ahorrándote tiempo y preocupaciones.
En función de que la obra sea de uno u otro tipo y de la práctica común del municipio en concreto, serán necesarios, o no, aspectos como la redacción de un proyecto, la figura de un director de obra -arquitecto-, de un director de ejecución -aparejador o arquitecto técnico-, de un coordinador de seguridad y salud… Tu arquitecto, con toda honestidad, te indicará los requisitos y los trámites a seguir, y te dirá si, a efectos de trámites, necesitas un arquitecto y/o un aparejador. Aunque ya te digo, como intento demostrar en esta serie de artículos, que aunque no te lo exija el procedimiento, te conviene contar con un arquitecto.
Otra razón más para contar con un arquitecto en las fases previas incluso a definir la reforma (y ya van unas cuantas): un arquitecto puede ayudarte detectando y dignosticando problemas -patologías- que tú no hayas percibido en tu vivienda -o de las que sí ye hayas percatado-: fisuras, humedades, desplomes, descuadres, desniveles, remates de acabados incorrectos, degradación de materiales, problemas con las instalaciones, o deficiencias en accesibilidad o en la eficiencia energética, o en el aislamiento acústico…. o mil cosas más. Lo bueno es que podrá diagnosticar las causas -que es lo importante- de esos problemas y plantear las actuaciones necesarias…. si fueran necesarias. En ocasiones hemos visto patologías que han alarmado a algún propietario, y que luego eran temas menores de fácil solución, o, a la inversa, problemas más serios a los que no se les había dado importancia y que suponían un riesgo grave a medio o largo plazo. Saber que alguien que conoce bien estos temas está a tu lado te ayudará a dormir mejor. Es lo que tiene ponerte en buenas manos.
Seguiremos analizando en próximas entregas en qué más (sí, hay mucho más) puede ayudarte un arquitecto con tu reforma. La de tu casa. Esa que te hace tanta ilusión y que esperas -con cierta ansiedad, eso sí- que salga genial.