Empiezo con éste una serie de posts en los que iré comentando ejemplos, como dice el propio título, de diseño que nos gusta. Puede ser casi cualquier cosa: diseño gráfico, diseño industrial, mobiliario, interiorismo o, cómo no, arquitectura. Puede ser reciente o de hace décadas. Ya sea algo encontrado por la calle, en una tienda, en una página web, en un catálogo, en un libro o revista, en casa de un amigo…, cualquier cosa cabe si es diseño que nos gusta. Explicaré por qué nos gusta, qué nos ha llamado la atención, o cómo interpretamos el objeto o elemento analizado (coincida o no con la interpretación de los propios autores). Siempre que sea posible, se incluirá la referencia al creador o creadores, y dónde se ha encontrado el ejemplo en cuestión.
Qué es:
El primer «caso» de esta serie es algo tan aparentemente trivial como el logotipo para una barbería. Y nos vamos a referir solamente a él, y no al conjunto del local, sin que eso suponga desmerecer éste en absoluto.
Imagen:
Dónde lo hemos encontrado:
En la propia ubicación de la barbería, en la calle Acisclo Díaz, nº3, de Murcia.
Quién lo ha diseñado:
El estudio Número 26, de Murcia
Cliente/Propietario:
La Barbería de Carlos Balsalobre
Por qué nos gusta:
El diseño con que comenzamos esta serie tiene una virtud fundamental que, creo, debe poseer todo buen diseño: la sencillez. Que no es lo mismo que simplicidad, aunque puedan, en ocasiones, ir unidos. ¿A qué me refiero entonces? A la virtud de comunicar una idea de forma directa, sin elementos superfluos que distorsionen la percepción de lo esencial.
En este caso, el uso exclusivo del blanco y negro, el empleo de una tipografía muy limpia, tipo sans seriff, geométrica (Futura o muy similar), y de la hábil combinación del «mostacho» con la letras «La» para conformar un rostro, dan como resultado un logotipo (¿imagotipo?) claro pero sencillo -podríamos decir que es muy claro por ser, precisamente, sencillo-. Y es una virtud porque comunicar unas cuantas ideas con unos (pocos) elementos gráficos que acaben constituyendo un «todo» de gran sencillez, habitualmente, supone haber trabajado mucho las ideas de partida, y haber recorrido un proceso de diseño que, paradójicamente, no es el más simple.
EL haber plasmado en la fachada de la barbería el logotipo con pintura y no con una impresión «perfecta» -algo que intuyo intencionado, aunque no puedo asegurarlo- sugiere el toque artesanal que tiene la actividad que se lleva a cabo en el local. Otro acierto.
Aclaración importante: esta serie se hace desde una total independencia, y, por tanto, no hay ninguna vinculación (salvo que se indique expresamente) con los creadores ni con los productores de los objetos o propietarios de las empresas citadas. Específicamente no hay ninguna contraprestación económica ni de ningún tipo por estas publicaciones. Aparecen, simplemente, porque son diseño que nos gusta.