El precio de un buen diseño

Ralf Speth - El precio de un buen diseño
Ralf Speth

Si crees que el buen diseño es caro, deberías ver el coste del malo

 

Ralf Speth, CEO de Jaguar Land Rover

Pues se puede decir más alto, pero no mucho más claro, ¿verdad? Da la sensación, sin embargo, de que en España, culturalmente, esto no está demasiado bien asumido. En general, todo el mundo tiene claro que no hay que «jugársela» con cosas como los medicamentos o la comida, por ejemplo, y que es lógico pagar un precio -evidentemente dentro de lo razonable- por ellas. El riesgo de encontrarte con problemas serios es alto. Sin embargo, cuando hablamos de proyectar una vivienda o una reforma de la misma…. bien, eso parece ser harina de otro costal. Eso de pagar unos honorarios por que te diseñen bien tu vivienda (o local comercial, si a eso estamos, o incluso la imagen corporativa de tu empresa o negocio) resulta absurdo para la mentalidad de muchas personas. Y sin embargo, también en estos asuntos el riesgo de que haya complicaciones serias es importante. No tengo muy claro por qué, pero ese riesgo no es percibido tan claramente como en otros temas: nadie busca asesoramiento legal en un amigo, a menos que éste tenga la formación adecuada, ni consejo médico a una persona que no sea un profesional sanitario (bueno, esto a veces se hace, pero con temas menores…. y es también arriesgado).

El caso es que, en efecto, el coste de un mal diseño puede ser muuucho más alto que lo que cuesta pagar a un profesional para que haga un proyecto «como Dios manda». Y el precio de vivir en una vivienda mal diseñada se paga a diario (en la comodidad de uso en muchas ocasiones, o en el gasto en iluminación y acondicionamiento, por poner dos ejemplos).

Gödel, Escher, Bach… y el acto creativo

Douglas Hofstadter

Douglas Hofstadter
Douglas Hofstadter
Todo acto creativo es mecánico: tiene su explicación, lo mismo que la tiene un caso de hipo, ni más ni menos.
 

 

 

(Douglas Hofstadter: Gödel, Escher, Bach: un Eterno y Grácil Bucle)

Hofsdtadter, en su famoso libro (fantástico, además….. una lectura recomendable), defiende esta sorprendente hipótesis. En suma, se trata de una visión casi puramente determinista o mecanicista (nunca mejor dicho, puesto que él mismo emplea el adjetivo «mecánico») de la mente humana, y, por estar subsumido en los procesos electro-químico-biológicos de ésta, del acto creativo en sí. ¿Es cierta la afirmación del autor? ¿Es la Arquitectura algo más que un acto mecánico de nuestras neuronas? ¿Es toda obra de arte fruto de simples procesos explicables desde la pura fisiología cerebral? ¿Tienen «alma» las creaciones artísticas? ¿La tiene -o puede tenerla- una obra arquitectónica?

La voluntad de una época

Ludwig Mies van der RoheArchitecture is the will of an epoch translated into space

(La Arquitectura es la voluntad de una época traducida al espacio)

 

Otra frase lapidaria del gran arquitecto Mies van der Rohe (ya comentamos una hace algunas semanas). Y, además, va, qué duda cabe, en clara consonancia con lo que decía Le Corbusier sobre no plagiar épocas pasadas.

Aunque lo cierto y verdad es que entre las dos expresiones, ésta de Mies, y aquélla de Le Corbusier, también hay sutiles diferencias. L-C plantea un rechazo directo a épocas anteriores, mientras que en Mies tal confrontación se da, pero de forma más indirecta, menos visceral si se quiere. Queda implícita en la frase, a diferencia de L-C, que la muestra de forma abierta.

Por otra parte, aunque tal vez no esté yo  en lo cierto, en mi opinión L-C transluce en su expresión -y en su trayectoria arquitectónica y artística en general- una visión de esa «nueva arquitectura» mucho más «individualista», más personal, más «suya» propia, mientras que Mies tenía una vocación más «universalista», aspiraba más a «captar» y plasmar en sus edificios unos conceptos que eran más «generales» en la cultura del momento, esa «voluntad de la época», entendida, como es lógico, como algo colectivo, como un latido común a toda la sociedad.

Dicho todo lo anterior, supongo que estaremos muy de acuerdo en lo difícil que resulta especificar cuál es la voluntad de nuestra época, si es que tal cosa siquiera existe. En un mundo compuesto de fragmentos, descohesionado, donde predominan las visiones parciales e incompletas, es complicado vislumbrar cuál es esa «voluntad» de la que Mies nos hablaba. En cualquier caso, tal vez no haya que buscarla, tal vez, simplemente, esa voluntad se muestra (sí o sí) en la arquitectura que legaremos a futuras generaciones. Y tal vez ellos deban deducir, entonces, cuál era la voluntad de esta época.

La Arquitectura, según Lina Bo Bardi

Lina Bo Bardi
Lina Bo Bardi
Lina Bo Bardi

Architecture is created, ‘invented anew,’ by each man who attempts her, who roams her space, climbs a stair, rests on a balustrade, lifts his head to look, open, close a door, who sits down or gets up and makes intimate contact with – and at the same time create ‘forms’ in – the space […] This intimate, fiery, contact, that which was perceived by man at the beginning, is today forgotten. Routine and communal places made man forget the natural beauty of “moving in space,” of his conscious movement, of those little gestures…

(La Arquitectura es creada, «inventada de nuevo», por cada hombre que la prueba, que deambula en su espacio, sube una escalera, se apoya en una balaustrada, levanta su cabeza para mirar, abre, cierra una puerta, que se sienta o se levanta y entra íntimamente en contacto con -y al mismo tiempo crea ‘formas’ en- el espacio […] Este contacto íntimo, intenso, que fue percibido por el hombre en un principio, se ha olvidado hoy. La rutina  y los lugares comunes han hecho que el hombre olvide la belleza natural de «moverse en el espacio», de su movimiento consciente, de esos pequeños gestos…)

(Lina Bo Bardi, leído en Archdaily)

Nos guste más o menos la arquitectura de Lina Bo Bardi, esta cita resulta hermosa por su pasión, por el amor que muestra hacia la Arquitectura, hacia su creación y recreación en cada proyecto, en cada edificio, en cada momento en que alguien se mueve por el espacio generado gracias a ella. La reflexión sobre cómo el propio movimiento en el espacio es, en sí mismo, generador o creador de formas, espacio y arquitectura muestra -e invita a- una inusual profundidad en la concepción misma de qué es o qué constituye la Arquitectura. Y la Arquitectura, entendida como arte, crece, como las demás artes, cuando piensa sobre sí misma.

Cuándo introducir cambios en el diseño (según Frank Lloyd Wright)

Frank Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright

You can use an eraser on the drafting table or a sledge hammer on the construction site.

(Puedes usar una goma de borrar en la mesa de dibujo o un mazo en la obra)

Una frase genial del gran Frank Lloyd Wright

Pues es un consejo brutalmente bueno para cualquier arquitecto o, en general, cualquier persona que se dedique al diseño. Pero, además, yo he usado esta frase también para explicar también a los clientes que el momento de cambiar cosas y de tomar decisiones es durante el proceso de proyecto (o de diseño). Cuanto más se piense el diseño, más se detallen las cosas, más se especifique cómo se quieren, mejor, porque en obra se producirán menos errores, improvisaciones, cambios de urgencia o incluso, como advertía Wright, demoliciones. Y es que un proyecto realizado con calma, concienzudamente, deviene en una ejecución más económica, y hasta más saludable para todas las partes implicadas -arquitecto, arquitecto técnico, cliente, constructor….-, porque se reducen las taquicardias, el estrés, el volumen que alcanza la voz de los intervinientes, etc.

En serio: cambiar el sentido de giro de una puerta puede conllevar tener que mover una escalera. Esto es relativamente sencillo en los primeros esquemas de diseño. Se complica cuando los planos ya son más detallados. Es una faena cuando se ha calculado la estructura y se han obtenido los planos correspondientes, además de haber justificado otras cien cosas al respecto de esa puerta y esa escalera en concreto. Se convierte en un despropósito si ya se ha obtenido la licencia. Y alcanza el absurdo más absoluto cuando ya se ha hormigonado la escalera (no digamos ya si se ha ejecutado el peldañeado).  Y recordemos que todo era por abrir en un sentido o en otro, o abrir «a derechas» en vez de  «a izquierdas».

En resumen: el gran Wright tenía toda la razón del mundo.

Lo preocupante del plagio, según Nikola Tesla

Nikola Tesla - Plagio
Nikola Tesla

I don’t care that they stole my idea… I care that they don’t have any of their own.
(No me preocupa que me hayan robado mi idea… Me preocupa que ellos no tengan ninguna.)

(Nikola Tesla)

Visto en la página de Chris Cureton

Pues el bueno de Nikola Tesla tenía parte de razón. Probablemente no es la actitud que nos sale a quienes nos movemos en cualquier campo del diseño. El plagio es (y así lo sentimos) un robo, evidentemente. Pero claro, si alguien te roba la idea es porque no es capaz de concebir una suya que sea igual o mejor. Eso podríamos tomarlo en cierta medida como un halago, pero también debería ser preocupante para el cliente que «compra» esa idea fruto de un plagio, es decir, robada. Y esto también debería hacer reflexionar a quien se atribuye ideas (diseños, proyectos, imágenes, libros, hasta artículos científicos) que no son suyas.

No hace mucho comentábamos una famosa cita de Pablo Picasso y allí tratábamos de diferenciar el hecho de «hacer tuya» una idea de otro, es decir, incorporarla a tu pensamiento o a tu trabajo, frente al mero plagio, consistente en atribuirte el mérito del esfuerzo de otro. No sé cuáles son vuestras experiencias con respecto a que te roben ideas (bienvenido será cualquier comentario). A mí me ha pasado y es, cuando menos, frustrante ver tu trabajo ejecutado, publicitado o publicado con la firma de otro, en ocasiones incluso con el conocimiento de quien te ha realizado el encargo.

El esfuerzo invertido en el diseño (del tipo que sea, da igual que hablemos de un proyecto -o anteproyecto- arquitectónico que de un logotipo, un cartel, un mueble…) no está bien valorado. Es trabajo, digámoslo así, «intelectual», y eso no «pesa», no tiene materialidad, excepto por el soporte en el que se presenta al cliente. Dicho de otro modo, no es el objeto final, que, en suma, es lo que interesa. Las ideas no tienen precio, y aquí me refiero, precisamente, a que en muchas ocasiones los clientes no son capaces de asignar un valor económico al esfuerzo invertido.

A veces el plagio es indemostrable. Otras veces, simplemente, no merece la pena -por muchas y diversas razones- el esfuerzo de «pelear» por probar tu autoría. Pero, efectivamente, como decía Tesla, lo preocupante es que quien nos ha plagiado carecía de algo mejor que presentar.

Pablo Picasso

Pablo Picasso
Pablo Picasso

Los buenos artistas copian.

Los grandes artistas roban.

 

 

 

(Una archiconocida frase del gran Pablo Picasso)

Intuyo que Picasso no estaba invitando al plagio ni fomentándolo. Se trata de otra cosa. Un artista puede copiar a otro (su estilo, las formas, los colores, las técnicas, los motivos o temas….). Pero realmente no hace «suya» la obra, sino que la convierte en una imitación. El gran artista se «apropia» de los conceptos, de las ideas, no en el sentido de afirmar su autoría sobre algo realizado por otro artista -eso es plagiar, obviamente-, sino en el de incorporar a su forma de trabajar (a su estilo, si se quiere, o a su concepto de obra de arte), las ideas, pensamientos y conceptos de otro artista.

Conspiración vs incompetencia

Napoleón Bonaparte
Nunca debe atribuirse a la conspiración lo que bien podría explicarse por la incompetencia

(atribuido a Napoleón Bonaparte)

Leído en…

Harford, Tim. 2008. El economista camuflado: la economía de las pequeñas cosas. Madrid: Temas de Hoy.

Lo cierto es que seguramente Napoleón se refería a política o a estrategia militar, vaya usted a saber. Pero es aplicable en casi cualquier ámbito, ¿verdad? Se me ocurren cosas como fallos en las obras, falta de accesibilidad en tantos y tantos espacios -públicos y privados-, diseños -gráficos, arquitectónicos, de objetos cotidianos, de mobiliario,…- manifiestamente mejorables, empresas que funcionan mal… la lista no tendría fin. Muchas veces buscamos explicaciones rebuscadas para estos problemas (alguna «conspiración» entre varios de los agentes implicados) cuando la incompetencia por sí sola los ha generado.

Arquitectura, según Mies van der Rohe

Ludwig Mies van der Rohe
La arquitectura es como el lenguaje. Para dominar un idioma uno debe dominar su gramática.

Iʼm not working on architecture, Iʼm working on architecture as language, and I think you have to have a grammar in order to have a language

(Mies van der Rohe)

Una frase de un grande, que me recordó @blogdelaunion, si bien creo que la frase auténtica es la que aparece en inglés, por lo que esta traducción al español es un poco «libre»