Si crees que el buen diseño es caro, deberías ver el coste del malo
Ralf Speth, CEO de Jaguar Land Rover
Pues se puede decir más alto, pero no mucho más claro, ¿verdad? Da la sensación, sin embargo, de que en España, culturalmente, esto no está demasiado bien asumido. En general, todo el mundo tiene claro que no hay que «jugársela» con cosas como los medicamentos o la comida, por ejemplo, y que es lógico pagar un precio -evidentemente dentro de lo razonable- por ellas. El riesgo de encontrarte con problemas serios es alto. Sin embargo, cuando hablamos de proyectar una vivienda o una reforma de la misma…. bien, eso parece ser harina de otro costal. Eso de pagar unos honorarios por que te diseñen bien tu vivienda (o local comercial, si a eso estamos, o incluso la imagen corporativa de tu empresa o negocio) resulta absurdo para la mentalidad de muchas personas. Y sin embargo, también en estos asuntos el riesgo de que haya complicaciones serias es importante. No tengo muy claro por qué, pero ese riesgo no es percibido tan claramente como en otros temas: nadie busca asesoramiento legal en un amigo, a menos que éste tenga la formación adecuada, ni consejo médico a una persona que no sea un profesional sanitario (bueno, esto a veces se hace, pero con temas menores…. y es también arriesgado).
El caso es que, en efecto, el coste de un mal diseño puede ser muuucho más alto que lo que cuesta pagar a un profesional para que haga un proyecto «como Dios manda». Y el precio de vivir en una vivienda mal diseñada se paga a diario (en la comodidad de uso en muchas ocasiones, o en el gasto en iluminación y acondicionamiento, por poner dos ejemplos).